Etapas del Viaje

Oiartzun – Hendaia – Angelu: El Inicio de la Aventura
Comenzamos nuestro viaje con un cómodo trayecto en topo desde Oiartzun hasta Hendaia, preparándonos para la gran aventura que nos esperaba en tierras francesas.
Disfrutamos de una merecida parada para comer en el pintoresco pueblo de Senpere, recargando energías con la gastronomía local.
La primera etapa culminó con la refrescante llegada a Angelu, donde no dudamos en darnos un revitalizante baño en sus hermosas playas.

Angelu – Donapaleu (Saint-Palais): Superando Retos
Aunque el día anterior dejó algunas agujetas, la belleza del paisaje y la emoción del viaje nos hicieron recuperarnos enseguida, pedaleando con alegría hacia Donapaleu.
Exploramos carreteras tranquilas y campos verdes, sintiendo la libertad de la bicicleta y la conexión con la naturaleza.

Donapaleu – Donibane Garazi: Corazón del País Vasco Francés
Continuamos nuestra ruta adentrándonos en el corazón del hermoso paisaje vasco francés, descubriendo pueblos con encanto y vistas impresionantes que nos robaban el aliento a cada pedalada.
Llegamos a Donibane Garazi (Saint-Jean-Pied-de-Port), un lugar histórico y punto de partida de rutas jacobeas, donde la cultura y la tradición se respiran en cada rincón.

Donibane Garazi – Elizondo: Las Montañas nos Llaman
El día nos desafió con la emocionante subida al puerto de Izpegi, una ruta que nos recompensó con vistas panorámicas espectaculares del valle de Baztán.
Tras el esfuerzo, el alivio llegó con un merecido chapuzón en las refrescantes piscinas naturales de Elizondo, un verdadero oasis en medio de la naturaleza.

Elizondo – Hendaia – Oiartzun: El Regreso Inolvidable
Recorrimos la pintoresca Vía Verde del Bidasoa, disfrutando de un paisaje fluvial idílico que nos acompañó hasta la costa.
Cerramos con broche de oro con un último y nostálgico baño en las playas de Hendaia, antes de tomar el topo de regreso a Oiartzun, llevando en el corazón recuerdos imborrables.
Reflexiones de una Aventura sobre Ruedas
Fue nuestro primer viaje en bicicleta, una experiencia inaugural que no solo superó todas las expectativas, sino que forjó recuerdos que atesoraremos por siempre. Cada pedalada fue un paso hacia la libertad y la aventura.
Disfrutamos muchísimo de cada momento, con la única y placentera preocupación de pedalear por rutas desconocidas, buscar acogedores alojamientos al final del día, y hacer paradas estratégicas para hidratarnos y disfrutar de la gastronomía local. Una verdadera desconexión.
Esta aventura fue una total desconexión de la rutina, una inmersión en el aire libre, el encanto de pueblos bonitos, risas compartidas en cada kilómetro y un recuerdo inolvidable que nos unirá para siempre. La bicicleta nos abrió un mundo de posibilidades.